Un año de tu partida Tony...

Hoy hace un año que no estás. Resulta muy difícil encajar esa cruda sensación de saber que no volverás a ver a alguien nunca más en tu vida. Yo la tuve aquel día en el que te despedí en el aeropuerto.
Mientras mis lágrimas rodaban por mis mejillas y mi mirada buscaba la tuya para decirte adiós, en ese momento supe que no volvería a verte.
Unos meses más tarde, al conocer tu enfermedad, esclerosis múltiple, recordé de nuevo ese instante en el aeropuerto.
Pero ni tú ni yo nos merecemos recuerdos tristes, así que desde que te marchaste procuro sentirte más cerca que lo que la distancia real Australia-España nos permitía.

Procuro mantener bien frescas esas largas horas en las que cara a cara pudimos contarnos todo aquello que antes habían sido horas de messenger, de cámaras, micros o teléfonos. Sin olvidar nuestras cartas escritas a mano mensuales, porque nos gustaba ver nuestro buzón con algo más que facturas.
Intento recordar todas tus palabras hacia mí, toda tu sabiduría, todas tus historias, esas que a lo largo de tu vida habían hecho de ti ese ser tan especial que yo tuve la suerte de conocer.
Sé que donde estas, es justo donde querías estar, allí con tu hijo Tony. Sé que por fin habrás podido oír música, eso que tu conciencia en vida no te permitía, pues creías que estaría fuera de lugar tras la muerte de un hijo.
Sé que parte de tu alma esta allá en las profundidades que tanto te gustaba admirar. Un mundo mejor que este en el que vivimos, afirmabas.
Y tu tendrías que sujetarme bien fuerte cuando nos encontrásemos allá abajo, pues a mí me daría miedo. Yo no te soltare, me decías.

Siento, porque me hace tremendamente feliz sentirlo, que desde que no estás, estas más que nunca. No dejándome jamás de la mano. Ni a mí, ni a los míos, a los tuyos al fin y al cabo.

Hoy, 1 año después de tu partida, quiero recordarte, quiero dar gracias a aquel preciso instante en el que intentaste contactar conmigo para poder comunicarte con tus hermanos. Porque eso me dio la oportunidad de conocerte y de quererte.
Te sigo llevando en mi corazón, y ahí permanecerás hasta que yo parta.
Te quiere tu hermana Mary.
/>

Te quiere tu hermana Mary.
/>

Comentarios
María José Mesonero Ordoñez.
Un abrazo,tunata.
Tienes un gran corazón y eso, salta a la vista...
Tiene mucha suerte tu familia de contar contigo, mujer de sentimientos siempre aflorados y llenos de vida...
te aprecio mucho
un beso
lluis
Amiga, estoy convencidísimo que si solo fué la mitad de buena persona que tu, ya era alguien que valía mucho la pena.
Besos y adelante!!!!