Un primer día....ahí quedó eso...

Quisiera contaros una historia que aunque pueda parecer de película de Alfredo Landa, ocurrió en la realidad, para ser mas concretos en mi realidad hará como unos 9 años, cuando yo tenia 23 añitos.

Resulta que por aquel entonces, comenzaba a trabajar en casa de los tíos del que hoy es mi marido.
Mi trabajo allí era cuidar a Juan, el tío de mi marido, un hombre minusválido al que hacia poco habían amputado ambas piernas. Su mujer y su hijo se marchaban a trabajar por la mañana y necesitaban a alguien que estuviera con él.

He de decir que aunque había trabajado ya con personas mayores, nunca lo había echo con una persona al que le faltaran ambos miembros, lo cual me tenia cuanto menos asustadilla, pues lógicamente él no podía valerse ni moverse por si mismo con lo cual era mi fuerza física de la que dependía.

Aparte de cuidar de Juan, tenía que ocuparme del resto de los que haceres de la casa, comida, limpieza, ropa, etc.....

Pues bien, aquí comienza mi aventura; llegué la primera mañana, levanté a Juan de la cama, lo aseé, desayunamos, y me puse ha hacer las cosas de la casa, encontré una cesta con ropa mojada que tenia que ir a tender a la azotea.

Fui a decirle a Juan que iva a la azotea a tender, que me llevaba a la perrilla (tenían una perrita de estas que parecen una pura pelusa, que a muchos/as les da por coger coletitas y esas mariconadas.... pues esa), agarré mi cesta de ropa, abrí mi puerta, salí y cerré la puerta tras de mi de un tirón.

¡¡¡Dios!!! en ese mismo instante una sensación de pánico, fatiga, mareo recorrió todo mi cuerpo al darme cuenta de que no había cogido las llaves de la casa... osea que estaba fuera de la casa, con la cesta de ropa, con la pelusa de perra y sin llaves para volver a entrar, en una casa donde se encontraba Juan, solo, (no el de la guerra de la galaxias, no), Juan el que no podría venir a abrirme la puerta.... aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!

En ese momento por mi cabeza pasaron montones de cosas estúpidas por hacer... como por ejemplo:

Opción a) derribar la puerta de una patada tipo película Jackie Chan (no, va a ser que no)


Opción b) Gritarle a Juan la desgracia y preguntarle, "atención que lo hice" preguntarle si él podía abrirme la puerta (....pues también va a ser que no....)
(He de decir que yo ya veía en mi imaginación al pobre Juan tirándose del sofá y arrastrándose hacia la puerta, os lo juro)

Opción c), llamar por teléfono a la mujer y decirle que me había quedado fuera de la casa con la ropa y la pelusa, digo con la perra. Y que su marido estaba dentro; que por favor cerrara el Kiosko de prensa en el que trabajaba en pleno centro de la ciudad y viniera a ¿rescatarnos?.....(pues era quizá la mas lógica... pero no sonaba demasiado bien, no??, voy a ver como arreglo esto, pensé)

Bien, antes de nada, avise a Juan a gritos que iva a la calle, a ver como solucionaba el tema. A todo esto aclarar que Juan era un Santo.
Me metí a la pelusa bajo el brazo y me fuí a la calle con un ataque de nervios impresionante.
Busque desde la calle las ventanas y la terraza del piso, era un primero y si.. también pasó por mi cabeza subir como spirdeman.... (de nuevo... desistí)

Justo al lado había una inmensa obra, pues estaban haciendo un bloque
nuevo y ante mi y por un solo momento un foco desde el cielo ilumino una maquina de estas que suben y bajan palet, ¿sabéis cual digo?...






Yo vi la maquina... mire hacia la ventana del bloque, y me vi subida en ella con la pelusa bajo el brazo al rescate de Juan....

En mi desesperación busqué a uno de los albañiles de la susodicha obra que pasaba por allí, lo llamé con un hilito de voz de esos que dan muuuucha muuucha pena.. y con lágrimas en los ojos le conté al pobre hombre lo ocurrido, imaginaros el pastel.

El albañil me explicó que la maquina no podía sacarla de recinto de la obra y mi mundo volver a caerse a mis pies.... se me debió notar en la cara pues el hombre se apiadó de mi y me dijo que había una escalera bien larga que quizá si podría valer.
Debía ser un hombre muy responsable, bueno, para mi en ese momento era Dios,jajaja. Lo digo porque trajo la enorrrrme escalera por la que yo la verdad pensé que no podría pasar del 4º escalón, pues me da pánico las alturas.... pero no hizo falta, pues él se ofreció a subir y saltar por la ventana, abrirme la puerta de la calle y que yo entrará.

Le dije que esperara, que iva a subir a decirle a el pobre Juan que no se asustara, que un albañil iva a entrar por la ventana para abrirme; y así fue como aquel hombre me salvo de una de los peores momentos que he pasado en un trabajo.

A partir de ese día a diario, nada mas llegar a la casa, ¿sabéis lo que hacia?, metía las llaves de la casa en mi bolsillo y no las sacaba de ahí salvo para abrir o cerrar, claro....

Ahora lo estoy escribiendo y reviviendo en mi memoria y estoy muerta de la risa, jajaj pero os juro que fue un momento inolvidable pero no precisamente por bonito.jajajaj Vaya primer día de trabajo, eh!!!


Un beso....Isangel

2 comentarios:

Yay dijo...

Ay Pana como me he reido... jajajaja solo de imaginarme tu cara y la del pobre señor Juan... pero la mejor debe ser la del pobre albañil al cual sacaste de su trabaja para salvarte la vida. jajajaja no puedo ni escribir de la risa... Ay Pana, eres lo máximo...

Milpuntadas dijo...

¡Menudo sofocón te llevaste, pobrecita! Afortunadamente encontraste a ese amable albañil que estaba en el momento y el lugar oportunos para ayudarte. Seguro que se te quedó bien grabada la costumbre de asegurarte de llevar las llaves en el bolsillo antes de volver a salir de casa...